Es la facultad de mandar, con una obligación formal de ser obedecido por otros, facultad dada por la jerarquía, utilizada por la empresa inteligente como una forma de mantener el orden, conservar el orden a través de las funciones, aunque tiene mayor enfoque en la operativa, en la estructuración del valor hacia el cliente. La empresa inteligente sostiene que la autoridad funcional es limitante para la transformación de la empresa, pero la acepta como una coexistencia en las organizaciones, para conservar el orden preestablecido.