domingo, 8 de noviembre de 2009

Semanario de una aprendiz de Consultoría (2)...

En la licenciatura en filosofía me enseñaron a pensar mejor, a estudiar, analizar las cosas de la vida y el conocimiento; en pocas palabras a buscar la verdad. De aquí la necesidad en mí de conocer constantemente; en la clase de “La nueva organización del conocimiento” tuve oportunidad de abrir mi mente más ahora hacia los nuevos paradigmas del conocimiento y de las organizaciones que aprenden. Desde el inicio comenzamos a ver los consultores a través de la historia y me di cuenta que de una u otra forma el asesor o consultor siempre va existir en nuestras vidas; pero estos consultores requieren ser en todas las épocas los más reconocidos, con mayores conocimientos y adaptaciones a los medios y a las personas. El conocimiento que sólo el hombre puede captar, se ha venido dando de diferentes formas o diferentes percepciones, pero lo importante es la búsqueda de la verdad enfocada al entendimiento de las personas y las culturas. El saber humano como nos decían se ha venido fragmentando y el conocimiento avanza cada vez más rápido. Si en la era industrial trabajamos en base a capitales tangibles, en la era del conocimiento trabajamos los intangibles: el conocimiento, las ideas, la investigación, la innovación, son en nuestros días los detonantes de la riqueza. Un consultor que no atienda a las nuevas exigencias del conocimiento y del mercado quedará fuera; la base de la riqueza está en el conocimiento; de aquí el papel tan grande del consultor que se dedica precisamente a esto, a vender ideas, conocimientos, innovaciones, para hacer mejores a las empresas y a las personas. Somos los encargados de hacerle ver al mundo, a nuestro país la importancia y necesidad de la inversión en el capital humano.
En las últimas clases vimos ejemplos de los grandes “gurúes” en el área administrativa, procesos, equipo humano y finanzas y analizamos un poco a unos de los más grandes personajes creativos de la humanidad. Esto me deja el aprendizaje de pensar que todos los gurúes y consultores vienen y van en este mundo y que nosotros podemos ser uno de ellos. A fin y al cabo nos une las ganas de servir y mejorar personas y empresas. Y con un poco de talento, inteligencia y mucha voluntad podemos brillar a través de otros.
Gracias al maestro Álvarez y al ISEI por estos conocimientos.


Adriana Gálvez
Estudiante de la Maestría en Consultoría Interna y Externa